El saeta,
Silencioso,
certero,
certero,
su estela es mi reflejo.
Lanzado siempre desde el otro imaginario,
lo llaman el salvaje, el extranjero, el bárbaro;
Una flecha sin remera cuyo astil
ha sido moldeado por el mar y el fuego;
Para que lo secara el viento
en la tierra lo dejaron,
tiene tantas puntas como calas el estrecho.
Como un rugido que raja,
Con identidad y memoria,
cruza dimensiones, kilómetros,
الميل , millas.
Su casa es el espacio que ocupan las rocas.